miércoles, 13 de febrero de 2013


No miré hacia él. —¿Qué quieres decir? —¿Acaso notó el rubor en mis mejillas cuando dijo el nombre de Justin? Dios, esperaba que no.

—El tipo parece que no puede apartar los ojos de ti. No es que lo pueda culpar. —Me pasó el brazo por los hombros y me atrajo como si necesitara aferrarse a mí. Al instante la culpa me inundó. La forma en que me estremecía y me fundía cuando estoy cerca de Justin, no era justo para Leif. Un tirón extraño dentro de mí, convirtió todo alrededor y me hizo agarrarme al brazo de Leif en busca de apoyo. Tal vez esto era un sueño después de todo. Era casi como si algún dominio de hierro estuviera tratando de obligarme a detenerme y dar marcha atrás.

—¿Estás bien? —La voz de Leif tenía preocupación. Sabía que él pensaba que había perdido mi mente. Nada acerca de la manera en que actuaba era cuerdo.

Le sonreí tranquilizadoramente. —Estoy bien. —Incapaz de luchar contra el tirón invisible, miré hacia atrás y mis ojos inmediatamente encontraron a Justin, rodeado de chicas, pero sus ojos miraban directamente sobre mí. Incluso desde esta distancia, podía sentir el calor de su intensa mirada.

—Él parece ser un tema caliente. —Murmuró Leif, mientras su mirada seguía la mía.

Sacudí la cabeza de vuelta, furiosa conmigo misma por ceder y buscarle. La preocupación en la voz de Leif lo decía todo. Necesitaba controlarme.

—Sinceramente, no tengo ni idea de lo que canta o la banda en la que está.

Leif besó la parte superior de mi cabeza. —Me gustaría que Justin Bieber hubiera escuchado eso. —Pareció relajarse a mi lado.

Eso no es cierto, __(tn). Tú disfrutas de tu pequeño concierto privado cada noche mientras duermes.

Me quedé inmóvil sujetando el brazo de Leif más fuerte. ¿Qué diablos fue eso? ¿Acababa Justin de hablar en mi cabeza? ¡Dios, esto tenía que ser un sueño! Se volvía más loco por momentos. Me desprendí del brazo de Leif y me pellizqué tan duro como fue posible.

—¿Qué estás haciendo? —Preguntó, con una mirada de confusión en su rostro. Mi cara se puso caliente. En cuestión de minutos estaría de color rojo brillante. No estoy segura si era por el hecho de que Justin acababa, de alguna manera, de hablarme en el oído aunque estuviera al otro lado del pasillo, o por el hecho de que me pellizcaba en el pasillo como una loca.

Relax, (tn), nadie me escucha aparte de ti. Quita el encantador sonrojo de tu rostro. Tu amigo, quien parece pensar que le perteneces, va a pensar que estás loca.

Me di la vuelta, esta vez necesitando ver dónde estaba. Era la voz de Justin la que había oído. Tan claramente como si estuviera de pie a mi lado, inclinándose hacia mi oído. Justin no encontraba justo a mi lado. Seguía donde yo recordaba: de pie en el extremo opuesto del pasillo, escuchando a una chica pelirroja, estudiante de primer año, que parecía estar en las nubes por la atención de Justin. Su mirada dejó la de ella y se encontró con la mía. Me guiñó un ojo y me dio su sonrisa maliciosa antes de mirar atrás a la muchacha a su lado. Me tragué el miedo corriendo a través de mí y me alejé de él. ¿Me habría realmente hablado desde el otro lado del pasillo sin que nadie lo hubiera escuchado?

—¿Estás bien, __(tn)? —La voz de Leif rompió mi momento de pánico y
me las arreglé para forzar una sonrisa y un guiño.

—Sí, pensé que me había olvidado de algo, pero no lo hice.

Leif se rió entre dientes. —¿El medicamento sigue jugando contigo? — Preguntó con una voz que ayudó a traerme de vuelta a la normalidad.

Él era normal. Él era real. —Um, sí, creo que sí. —Si tan sólo hubiera tomado medicamento para el dolor esta mañana, tal y como seguía diciendo, entonces podría culpar de todo esto a los productos químicos. Pero sabía la verdad. No había tomado nada. Me estoy volviendo loca por mi cuenta.

***

—Hablé con Leif durante el discurso y le sugerí que nosotros cuatro fuéramos a ver una película esta noche para celebrar tu regreso a la escuela —dijo Miranda desde el otro lado de la mesa de la cafetería. Había estado tan perdida en mis pensamientos que no me había dado cuenta que se había sentado frente a mí.

Miré hacia arriba. —Eso suena como una gran idea.

Miranda frunció el ceño, inclinó la cabeza y se acercó más a mí. — ¿Estás bien?

Forcé una sonrisa y asentí con la cabeza. Convencer a mí mejor amiga de que no me volvía loca internamente, iba a ser difícil. Como era de esperar, levantó las cejas y me dio el “no te creo” con los ojos mientras se echaba hacia atrás. Por suerte, Wyatt eligió ese momento para unirse a nosotras, por lo que ella no tenía la oportunidad de probarme más.

—Esta noche después de la práctica de fútbol de Leif, todos vamos a ir al cine para celebrar la recuperación de __(tn).

Wyatt me miró con cara de preocupado. —¿Estás bien para eso?

Asentí con la cabeza. —Claro, me siento mucho mejor. Tengo que salir y hacer algo normal.

La sonrisa de Miranda regresó. —Entonces, está arreglado. Ahora, todo lo que queda es decidir qué película vamos a ver. —Los ojos de Miranda se quedaron mirando algo por encima de mi cabeza—. Uf, no me extraña. — dijo en tono de disgusto.

Eché un vistazo hacia atrás para ver lo que ella encontraba tan irritante. Kendra entró con el brazo metido dentro del codo de Justin, sonriendo tímidamente hacia él, mientras que hablaba con ella. Era evidente que disfrutaba de su atención. No sería el primer hombre en ser víctima de sus atenciones. Kendra hacía un completo paquete de perfección, si dejabas aparte su personalidad. Volví la cabeza hacia atrás, esperanzada de poder cubrir las emociones agitadas en mi estómago. La visión de ella, del brazo de él, me puso un poco enferma.

—Sería Kendra la que consiguiera a Justin. —dijo Miranda, en un tono de disgusto, antes de tomar un bocado de su ensalada.

—Espero que no sean celos lo que estoy escuchando en tu voz. Teniendo en cuenta que sería un golpe a mi ego. —dijo Wyatt en broma y Miranda lo fulminó con la mirada.

—Por supuesto que no. Ojalá Justin no haya decidido dar su atención, a esa perra asquerosa. Hay un montón de otras chicas hermosas en esta escuela que serían mucho mejores opciones.

Wyatt se rió entre dientes. —¿Cómo quién?

Miranda se encogió de hombros. —No lo sé. Simplemente alguien que no sea Kendra. —Wyatt se rió en voz alta y meneó la cabeza.

—¿Qué me perdí? —Preguntó Leif, mientras se sentaba a mi lado.

—Nada, —Le respondí un poco demasiado rápido. Wyatt asintió con la cabeza hacia donde Justin y Kendra se sentaban en una sola mesa—, parece que Miranda cree que cualquiera sería una mejor opción para Justin , que Kendra.

Leif asintió con la cabeza. —Es probable que tenga razón. Sin embargo, mientras no se detenga a comer con los ojos a mi chica, no me importa a quién le da su atención.

Miranda alzó las cejas en sorpresa hacia mí. —¿En serio ha estado comiéndote con los ojos?

Rodé mis ojos. —No. —Mi rápida respuesta ni siquiera sonó creíble para mis propios oídos.

—Sí, lo ha hecho. —dijo Leif, alcanzando mi mano debajo de la mesa.

Me dio un apretón suave, como para tranquilizarme. Suspiré y me relajé. No tenía sentido discutir con él. Sabía que Justin me observaba con más frecuencia que cualquier otra persona. No me había dado cuenta de la forma posesiva en que me sentía hacia él, hasta que había visto a Kendra conseguir su atención. Podía ir a cantar a Kendra para dormir con su guitarra y su música de belleza inquietante.

Oí una baja risa y me volví para mirar a ambos, Leif y Wyatt, cuyas bocas estaban llenas de comida. Me quedé inmóvil y miré hacia atrás, a la mesa donde Justin parecía tener una conversación privada con Kendra. Sus ojos dejaron los de ella y me dio una mirada divertida antes de volver a la perfecta rubia a su lado.

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