domingo, 3 de febrero de 2013

CAPITULO 1 parte 2


—¿Dónde has estado este verano? No te he visto mucho.

Tuve la oportunidad de echar un vistazo atrás, hacia el alma, para encontrar una silla vacía. Una mezcla de alivio y decepción se apoderó de mí. Querer hacerle más preguntas no era exactamente una buena idea, pero no podía evitarlo. Le preguntaría lo que a otras almas antes, como: “¿Por qué me estás siguiendo?” o “¿Por qué puedo verte?” y siempre permanecían mudas. Muchas veces desaparecían cuando comenzaba a hacerles preguntas.

Volviendo mi atención de regreso a Wyatt, forcé una sonrisa antes de responder.

—Estuve en Carolina del Norte todo el verano en el campo de caballos de mi tía.

Wyatt se reclinó en su silla y sacudió la cabeza. —Simplemente no entiendo por qué la gente querría irse todo el verano, cuando vivimos en una de las playas más bellas del mundo.

Para mí no había sido una elección en realidad, pero no quería explicarle el motivo a Wyatt o a cualquier otra persona. Más estudiantes comenzaron a entrar en la habitación, seguidos por nuestro profesor de Literatura Inglesa, el Sr. Brown.

—Wyatt. ¿Cómo estás?—Dank  saludaba mientras se dirigía hacia nosotros. Dejó caer su bolso sobre la mesa al otro lado de Wyatt. Por ahora, la atención de Wyatt no se dirigía a mí, gracias a la interrupción de Dank.

Cuando me volví hacia el frente de la clase, mis ojos se volvieron a encontrar con el alma. Apoyado contra la pared directamente en diagonal a mi escritorio, estaba de pie, mirándome. Me fulminó con la mirada y pareció encontrar mi evidente aversión entretenida. Su hoyuelo apareció y odié el hecho de encontrarlo sexy. No era un ser humano, bueno, ya no lo era. Me tomó un gran esfuerzo apartar la mirada, lejos de él y enfocar mi atención en el tablero donde el Sr. Brown había escrito nuestra tarea. Siempre había ignorado a esas fastidiosas almas antes y habían desaparecido. Tenía que superar el hecho de que esta podía hablar conmigo. Si no lo ignoraba estaría atrapada, con él acechándome.

* * *

—Lo odio, me refiero a odiar de una forma importante, —se quejaba Miranda mientras dejaba caer la bandeja del almuerzo en la mesa con un fuerte estruendo—. Si tengo que sentarme en álgebra y química durante toda la mañana, uno pensaría que por lo menos podría haber una pequeña recompensa para la vista en una de mis clases. ¡Pero nooooo! Tengo a Gretchen con sus incesantes estornudos y a Craig con sus problemas de gases.

Me atraganté con mi sándwich y agarré mi botella de agua para tomar un sorbo rápido con el fin de tragar la comida. Una vez que me sentí segura de que no iba a ahogarme hasta la muerte, levanté la vista hacia la cara preocupada de Miranda.

—¿Tienes que decir cosas como esas cuando tengo la boca llena de comida? —Pregunté.

Ella se encogió de hombros. —Lo siento, sólo decía, eso es todo. No era mi intención que te olvides de masticar la comida. —Me alcanzó con una mano sobre la mesa y apretó mi brazo—. Ahí va Su Perfecciónahora. ¿Crees que va a salir otra vez con Kendra este año? Me refiero a que realmente tuvo una mala ruptura el año pasado con todo lo del engaño y esas cosas. Seguramente lo superó.

Di otro bocado a mi sándwich, sin querer contestar su pregunta. No me importaba con quién saliera Leif , pero sí, estaba más que segura de que volvería con Kendra. Parecían ser "La Pareja de Oro".

Todos sabían esto y lo esperaban. Los de su tipo siempre buscaban otros a la altura de su nombre.

—Vuelve a meter la lengua dentro de tu boca, Miranda. Te ves como un perro que está muriendo de sed. —Wyatt se sentó frente a nosotras, lanzando una risita por su propia broma mientras Miranda le fruncía el ceño.

—No tengo mi lengua colgando, muchas gracias.

Wyatt me guiñó un ojo y se encogió de hombros.

—Lo parecía para mí. ¿Qué piensas __(tn), se babeaba o qué?

Llené mi boca con otro bocado. No pensaba estar en el medio de esto. Wyatt se echó a reír cuando le señalé mi boca repleta. Miranda me dio un codazo en el costado.

—No te pongas de su lado. Él solo es malvado.

Con un largo sorbo de agua tragué mi comida, y luego miré fijamente a Miranda.

—Ustedes pueden discutir todo lo que quieran pero yo no voy a meterme. Desde que decidieron llevar esto un paso más allá de la amistad el año pasado y se vino abajo a su alrededor, todo lo que quieren hacer es darse golpes bajos el uno al otro. No es mi pelea. Déjenme en paz. — Rápidamente di otro bocado a mi sándwich así no podía ser incitada a decir nada más.

Cuando ambos se dieran cuenta que se encontraban locos el uno al otro porque ninguno ha podido superar la ruptura, harían mi vida más fácil. Pero entonces, sería la única soltera, una vez más. Mi novio, Jay, se mudó hace meses y no había hablado con él, incluso desde antes de ir a ver a mi tía este verano.

—¡No se trata de eso! No pudo importarme menos que no pudiera mantener su lengua fuera de la garganta de Katie cuando no lo miraba. — dijo Miranda con enojo.

—No tenía mi lengua en la garganta de nadie, excepto la tuya, Miranda, pero no me crees y estoy cansado de defenderme. —Wyatt se levantó y tiró de su bandeja de comida sin tocar antes de alejarse.

—Imbé.cil. —murmuró, mirando como él se cambiaba de mesa.

Odiaba verlos así. Los tres habíamos sido amigos desde el tercer grado. En aquel entonces, Wyatt había sido todo brazos y piernas. Ahora, se alzaba por encima de todos con un cuerpo largo y musculoso. Miranda no había sido inmune a sus repentinas cualidades el año pasado. Ahora, no lo soportaba.

—Escucha, Miranda, pensaba, que tal vez si los dos hablaran sobre lo que pasó sin que lo acuses, las cosas podrían funcionar. —Había intentado esto antes y ella siempre me ignoraba.

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