miércoles, 13 de febrero de 2013


Me giré para mirarlo. Si hubiera tomado calmantes esta mañana estaría convencida de que estaba colocada. No había excusa para esta alucinación.

—No entiendo. —dije simplemente.

Una sonrisa de disculpa tiró de sus carnosos labios. ¿Eran sus labios más llenos ahora que eran de carne y hueso?

—Lo sé, y lo siento.

¿Sería mucho pedirle que me lo detallara? Si esto era real, entonces sería muy bueno si pudiera explicarme cómo, de repente, él podía ser visto por el resto del mundo vivo. Mejor aún ¿Por qué todos creían que era un cantante famoso? No dijo nada pero sus ojos nunca dejaron los míos.

Alguien pasó y le pidió un autógrafo y él negó con la cabeza, sin apartar sus ojos de mí. Todo el mundo en la sala parecía estar observándonos. Hablando con él, aquí, no me daría ninguna respuesta.

Aparté mis ojos de su cálida mirada y me di la vuelta en mi asiento. Si no me despertaba pronto, entonces me preocuparía sobre una mejor explicación que “lo siento”.

—Calma, calma. —La voz del señor Brown aplazó el murmullo excitado y las risas ocasionales, el Sr. Brown agitó una mano en dirección de Justin.—Este momento es para aprender de la belleza que la Literatura Inglesa tiene para nosotros. Podemos soñar y desmayarnos por el Sr. Bieber durante nuestra hora de comer.

—Ahora, vamos a seguir adelante con nuestro estudio de Shakespeare. Nos hemos referido a él brevemente este año ya que este no era su primer contacto con Shakespeare y creo que es importante centrarse en algunos otros famosos dramaturgos. El dramaturgo griego Esquilo, fue muy influyente en sus obras. De hecho, varias fuentes antiguas le atribuyen entre setenta y noventa obras. Creo que el viernes les pedí a todos que leyeran el capítulo en su libro sobre Esquilo, y puesto que era fin de semana ¿Puede alguien aquí decirme algo que aprendiera de su lectura? —El Sr. Brown juntó las manos sobre el pecho, para descansarlas sobre su vientre redondo.

La sala permaneció en silencio. Preferí pasar mi fin de semana tratando de ponerme al día con toda mi pérdida escolar y la lectura de Esquilo no había sido muy importante. Además, concentrarse en este momento sería difícil.

—Sólo seis de sus tragedias se han conservado intactas: Los Persas,Siete contra Thebes, Los Suplicantes, y la trilogía conocida como La Orestiada, que consta de tres tragedias: Agamenón, Las Coéforas y El Euménides. —La voz de Justin llegó a lo largo de la habitación y el Sr. Brown miró hacia él sorprendido.

—Siete, Sr. Bieberr. Se te olvidó Prometeo Encadenado.

—La autoría de Prometeo Encadenado se disputa. Se cree que es la obra de un autor posterior. —Celebró la voz de Justin en tono de aburrimiento.

El Sr. Brown enderezó su corto y ancho cuerpo y se quedó mirando abajo, hacia Justin, con una suave sonrisa apareciendo en su rostro. — Porque, sí, lo es, pero esa información no está dentro de su libro de texto.
Miró al resto de la clase sonriendo, como si alguien le hubiera llevado docenas de donas. —Parece que nuestro musical amigo está bien educado.

Escuché una risa silenciosa detrás de mí y miré por encima de mi hombro para ver los ojos de Justin en los míos. ¿Había leído mi mente? ¿Tenía súper poderes? Me alejé de él y cerré los ojos, tratando de conseguir que las preguntas alojadas en mi cabeza sobre lo que Justin Bieber hacía, se apartaran el tiempo suficiente para prestar atención en clase.

—Muy bien, muy bien, de verdad. Ahora, como se indica en su plan de estudios para el año, todos habrán comprado copias de La Orestíada: Agamenón, Las Coéforas, El Euménides. Vamos a comenzar nuestro estudio de Esquilo con la lectura de su obra, Agamenón ¿Quién trajo su libro a clase como solicité el viernes? —Baje la mirada, a mi libro de texto y un cuaderno.

Leif no había conseguido la edición de bolsillo de mi casillero—. Ah, y nuestro nuevo estudiante me sorprende una vez más. —Levante la vista para ver al Sr. Brown asintiendo con la cabeza hacia el escritorio de Justin— ¿Ese es el libro en su escritorio o no Sr. Bieber?

—Sí señor. —Respondió Justin y me estremecí involuntariamente. Me pareció oír otra suave risa que venía de detrás de mí—. Bueno, entonces ¿Podría empezar a leer por mí? Ya que parece que el resto de los estudiantes en esta sala, que de hecho estuvieron aquí el viernes, parece que sufren pérdidas de memoria.

Justin se aclaró la garganta y comenzó a leer. —Queridos Dioses, me he librado de todo el dolor, el largo que veo mantener, todo un año despierto…apoyado en mis brazos, en cuclillas en el techo de Atreo como un perro. Conozco las estrellas por memorias, los ejércitos de la noche, y hay en la delantera los que nos traen la nieve o los cultivos de verano, nos traen todo lo que tenemos —nuestros grandes reyes del cielo, los conozco, cuando se levantan y cuando caen…y ahora veo la luz, la señal del fuego saliendo de Troya, gritando Troy es tomado. Por lo tanto, ella ordena, llena de grandes esperanzas.

La clase pasó muy rápido con la hipnótica voz de Justin al mando de la sala. El ring de la campana me hizo saltar. Sacudí la cabeza tratando de salir del trance en el que su lectura me metió. Me puse de pie y cogí mis libros, sabiendo que Leif estaría en la puerta, esperándome, listo para coger los libros para mi próxima clase. Me tomó un esfuerzo supremo no mirar atrás a Justin.

El sonido de las chicas risueñas y los fans aduladores me permitió llegar a Leif sin descomponerme y volverme a echarle un vistazo.

—¿Una clase divertida? —Leif enarcó las cejas y asintió con la cabeza hacia donde sabía que Justin se rodeaba de admiradoras femeninas.

Me encogí de hombros. —En realidad no. Tragedias Griegas, ya sabes, lo de costumbre. —Leif me disparó una de sus sonrisas fáciles antes de llegar a mis libros.

—Me alegro de haber hecho mi movimiento antes de que Justin Bieber se presentara. —dijo, con una voz en broma, que sonaba forzada.

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